JESÚS, EL CUMPLIMIENTO DE LAS ESCRITURAS

Resumo

Jesús es el Mesías, el Cristo prometido. Él es el descendiente prometido a David que ocuparía su trono, y Él es la Simiente prometida a Abraham que llevaría la bendición a todas las naciones de la tierra. Según Mateo, esto es evidente debido a que Él cumple proféticamente, analógicamente y éticamente con todos los criterios veterotestamentarios: Él es Emanuel, la señal misma de la presencia de Dios con nosotros; Él es el pastor de Israel, Aquel gobernante que nacería en la pequeña ciudad de Belén; Él es el nuevo Israel, Aquel que vendría a rescatar a Israel de su fracaso moral y a completar la misión que Israel no pudo llevar a cabo; Él es el Nazareno, Aquel Rey ideal que por tener un origen humilde, fue menospreciado; Él es la luz de los gentiles, Aquel que iluminó a regiones despreciadas como Capernaúm; Él es el maestro infalible, Aquel que enseñó el verdadero significado de la ley y los profetas, tanto en la letra como en el espíritu; él es el Siervo sufriente de Isaías 53, Aquel que como parte integral de Su ministerio, llevó nuestras enfermedades y dolores; Él es el Siervo justo y resoluto, Aquel que vino a proclamar justicia, pero de manera humilde y discreta; Él es el Profeta de Dios, Aquel que revela los misterios del reino a través de enigmas y parábolas; Él es el Príncipe de paz, Aquel hijo de David que entró triunfante en un pollino para proclamar paz. En definitiva: él es el cumplimiento de las Escrituras.